Bach. Jimena Sanabria Díaz
Instituto Tecnológico de Costa Rica.
Licenciatura en Enseñanza de la Matemática Asistida por Computadora.
Resumen
El presente artículo tiene como objetivo analizar la situación actual del profesor de la educación costarricense y en lo que se desea convertir un docente en el futuro, esto nos permitirá comprender los cambios que se deben realizar como docentes y mantener lo que se ha hecho bien al sistema educativo e implementar las mejoras.
Introducción
La educación costarricense necesita cambios, uno de los más importantes es sobre quien transmite el conocimiento a los estudiantes, el docente debe ser el primero en postular cambios y pasar a realizarlos, no perder su enfoque y ligar lo anteriormente aprendido con lo nuevo. Aunque esta labor es difícil, existen distintos factores que no permite un cambio rápido para llegar a un docente ideal.
¿Qué es lo que pensamos del actual perfil del docente?
¿Qué es lo que pensamos y queremos en el perfil del docente?, ¿Hacia dónde queremos ir en la educación costarricense?, primero debemos resolver la segunda pregunta para definir la primera, pero actualmente, ¿coincide lo que ha querido el sistema educativo con lo que tenemos como profesores actuales?.
Algunas, llamémoslas, tradiciones del ser docente no las hemos cambiado desde hace muchos años, aunque el perfil del graduado dicta que debemos hacer cambios para el futuro, pero desde cuándo se debe comenzar el cambio, por qué seguimos viendo y haciendo prácticas antiguas cuando se necesita urgentemente un cambio.
El profesor tradicional, aquel que pensamos que es muy viejo y está muy cansado para trabajar con niños y adolescentes, aquel que no tiene ganas ni motivación y por ende no tiene clases innovadoras, aquello que solo llega a clase con tiza o marcadores y un libro de ejercicios a dictar, se nos está quedando tanto en mente, tanto del profesor como a la de los estudiantes y sus padres, que estamos siendo permisivos y no proponemos un cambio, aunque lo deseamos, lo necesitamos, lo comunicamos, pero no lo ejecutamos.
El profesor tradicional realiza clases magistrales y este es uno de los puntos, de los cuales sabemos que se debe cambiar, pero resulta difícil por muchos factores realizar un cambio en este aspecto. Claro está que si se puede dejar las clases magistrales, sin embargo, siempre se termina realizando, ya que habrá un tema que terminar, cumplir con un cronograma, por lo que se hace de la clase magistral la más fácil de abordar y efectiva para terminar con la materia. ¿Es entonces el programa a cumplir la opresora a nuestra creatividad?
Este tipo de clase no permite entonces que pasemos de clases conductistas a constructivistas, pero el saber que se pretende que adquiera el alumno debería ser tal que el profesor le plantee una situación guiada que le permita al aprendiz hacer un recorrido ordenado, un profesor que construya un clase constructivista es lo que queremos.
Por otra parte, no debemos olvidar que se espera que el alumno se encargue también de su propio conocimiento, formulándose ideas o preguntas, realizando construcciones o plantearse cualquier otra situación que lo lleve a obtener el propósito de adquirir el conocimiento, pero esto se logra si se les implanta al trabajar en clase.
¿Cómo debe ser un docente?
¿Entonces que buscamos con exactitud en el docente?, como lo menciona Galvis “En el momento actual el profesor requiere nuevas estrategias, percepciones, experiencias y conocimientos para intentar dar respuesta a los múltiples interrogantes que se le presentan cada día”. (p. 49)
Además, debemos incorporar lo que la tecnología ha proporcionado en los últimos años, y que sin lugar a duda seguirá mejorando, incluso será posible que todos, profesores y estudiantes tengan el equipo necesario para desarrollar clases más interactivas, pero las TIC’s por si solas no permitirá el entendimiento de un concepto, si no la habilidad del docente en desarrollar una clase que las integre y sea de provecho.
Debemos acelerar este cambio ya, como lo menciona Galvis “Actualmente, se vive una etapa de transición y de cambio en relación con el rol del docente debido a múltiples causas, una de las más importante, es el impacto de los cambios tecnológicos en el proceso de enseñanza y aprendizaje, los cuales han ampliado el concepto de educación considerablemente”. (p. 49)
Resultará más sencillo a los recién graduados en educación integrar las TIC’s, pero a los que tienen años en el sistema educativo, que son de los llamados “la vieja escuela”, ¿qué tan fácil les resultará?, en definitiva un docente del futuro será aquel que realmente sepa trabajar en equipo y dedicado al 100% a la institución para donde labora, ya que este docente, podrá ayudar a los demás a aprender nuevos métodos y nuevas estrategias, y aquel que no conoce, no tendrá miedo a preguntar. Se debe lograr capacitaciones constantes que permita al docente tener en sus manos el futuro en tecnología y métodos de enseñanza-aprendizaje.
Conclusiones
El MEP con sus programas, a veces no le permite al profesor realizar de una manera más entretenida y de fácil comprensión las lecciones, sin embargo un profesor que tenga vocación buscará encontrar la mejor manera para cumplir el fin de la educación.
El sistema educativo costarricense necesita un cambio, puesto que estamos cayendo en errores y efectos que pueden ser evitados con el cambio. Cambios sobre la estructura de los programas y su implementación adecuada en el aula. La comparación que realizamos nos permite darnos cuenta, también, de los cambios que debemos realizar individualmente para así mejorar la enseñanza y traer el futuro a la actualidad, para lograr que el aprendizaje de cada estudiante, quien pertenece a la sociedad y deberá ser una persona de provecho y capaz de desarrollarse en todo ámbito, sea efectivo.
Bibliografía
Brousseau, G. (1986). Fundamentos y métodos de la didáctica de las matemáticas. Recherches en Didactique des Mathématiques, Vol.7, n.2, pp.33-115, 1986.
Galvis, Rosa Victoria : De un perfil docente tradicional a un perfil docente basado en competencias. Acción pedagógica, nº16 / enero-diciembre, 2007 - pp. 48-57
Estoy totalmente de acuerdo en que el MEP y sus programas son un obstaculo para avanzar con nuevas tecnicas de enseñanza, esperemos que con los nuevos programas haya más oportunidad.
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