sábado, 10 de marzo de 2012

El profesor tradicional y el docente del futuro


Instituto Tecnológico de Costa Rica
Licenciatura en Enseñanza de la Matemática Asistida por Computadora
David Masís Flores

Bell, Lyotard, Virkus y la OECD citados por Ochoa, Vásquez y Blanco afirman que: “La visión de una sociedad basada en el conocimiento vislumbró que la economía del futuro estaría basada en la capacidad de las personas para manejar el caudal creciente de información y adaptarse a un medio laboral siempre cambiante”.
De acuerdo con lo mencionado en lo anterior, el docente debe estar muy consciente de su papel en la formación de personas capaces de afrontar los problemas de la sociedad y reflexionar acerca de su rol en el sentido de adaptarse a los cambios que se presentan día con día y a los cambios de paradigma que se dan en nuestros tiempos cambiantes.
No se puede obviar el hecho que vivimos en una sociedad cambiante y los retos que se presentan nos llevan a cuestionarnos nuestra labor como educadores. ¿Qué estamos haciendo para contribuir en la formación de jóvenes capaces de solucionar los problemas mundiales y estar inmersos en una sociedad muy competitiva? ¿Cómo lo estamos haciendo? ¿Es necesario cambiar nuestra manera de enseñar? Estas y otras cuestiones nos conciernen como profesores y debemos tomar conciencia de nuestro papel y las metodologías que utilizamos para la preparación de nuestros futuros profesionales.
Ahora bien, debemos ser docentes dispuestos al cambio y tener una buena capacidad de adaptación para no quedarnos rezagados ni desfasados. En este sentido bien lo apunta Galvis (2007), al afirmar que los educadores “modernos” deben despertar el interés por aprender, por cómo aprender y mantener al día sus conocimientos. Es decir que en nuestra labor debemos buscar maneras de motivar a los alumnos a aprender y que los conocimientos que adquieren son fundamentales para su desenvolvimiento en la sociedad y para su superación personal. Al respecto se debe agregar que las metodologías utilizadas deben ser pertinentes a nuestro entorno y a lo que le queremos inculcar a nuestros estudiantes, que los insten a ser parte de la sociedad del conocimiento y a aportar en el desarrollo de la cultura y que tomen consciencia de la importancia de los saberes que obtienen de cada asignatura.
Además es importante señalar que el cambio social implica que las personas se auto motiven, sean creativas y capaces de adaptarse a los nuevos cambios y realidades. Esto debe generar una reflexión por parte de los y las docentes en la manera que percibimos nuestro papel como educadores y formadores de personas. Por tanto el incluir otro tipo de metodologías para hacer que el aprendizaje de los y las estudiantes sea más significativo y relevante para ellos es de suma importancia y nos abre el panorama de ser innovadores y obtener el máximo beneficio en el proceso de enseñanza y aprendizaje con el objetivo de preparar a nuestros jóvenes para los problemas que se presentan en la vida cotidiana.
Actualmente se concibe al docente como un mediador del proceso enseñanza- aprendizaje, es decir como un facilitador del aprendizaje de los y las estudiantes. Se debe por tanto tener presente que el conocimiento debe ser construido por el propio estudiante con la mediación del profesor. Se debe además presentar al estudiante situaciones cercanas a el o ella de modo que el conocimiento aparecerá como la solución a los problemas que se generan de las situaciones. La motivación del docente hacia el estudiante es fundamental. El profesor debe instar al estudiante a que sea partícipe de la construcción de su propio aprendizaje y proponerle situaciones donde  los y las estudiantes tengan un papel activo y de esta manera formar jóvenes con una actitud más positiva y con bases más sólidas que le permitan adaptarse en un futuro a la sociedad.
Al reflexionar acerca del papel que debe jugar el docente en la actualidad, nos damos cuenta que existen muchas aspectos que se tienen que mejorar y cambiar con respecto a la manera de enseñar de un profesor tradicional. La enseñanza tradicional nos pone de manifiesto que el estudiante tiene un papel pasivo y la motivación muchas veces no es la mejor. Al analizar esta situación vemos que se concibe al profesor como el que tiene todo el conocimiento y es el encargado de transmitirlos a sus estudiantes, muchas veces sin que sean relevantes para ellos. Es decir, es como empezar a llenar a nuestros jóvenes de saberes y conocimientos que no tienen sentido para ellos y limitándolos en el desarrollo de su capacidad de razonamiento y su creatividad.
La manera de abordar el conocimiento para los y las estudiantes debe cambiar y debemos tener en cuenta que nuestra labor como docentes es ser mediadores en el proceso de aprendizaje de un alumno, presentarle la información de modo que al analizar ciertas situaciones propuestas, pueda comprender de manera adecuada un concepto. Además de motivarlo a la investigación y que su interés por aprender y aplicar los conocimientos sea mayor para beneficio propio del estudiante y de la sociedad.
Un aspecto importante en el perfil de un docente “moderno” es la apertura a utilizar los recursos tecnológicos en la enseñanza de cualquier asignatura. La adecuada implementación de la tecnología puede contribuir al mejoramiento de la educación y puede traer muchos beneficios para el aprendizaje de los y las estudiantes. La utilización de recursos tecnológicos implica que se debe hacer un cambio en la manera de enfocar las lecciones y la actitud que tenga el docente es fundamental. Si un docente no tiene motivación para utilizar la tecnología a la hora de enseñar, será un docente que se quedará rezagado y no podrá innovar con metodologías nuevas que le permitan al estudiante tener una mejor comprensión de algunos temas. El docente del futuro debe tener una actitud positiva y favorable hacia el uso de las tecnologías de la información e incluir en su planeamiento el uso de los recursos tecnológicos para apoyar la enseñanza y de esta manera, que el papel de los y las estudiantes en su proceso de construcción del conocimiento sea más activo y lo que aprenden tenga más significado y lo puedan llevar a la aplicación en la vida cotidiana.
La tecnología, si se usa adecuadamente, le permite al docente preparar lecciones más interactivas, entretenidas, con mayor interés por parte de los y las estudiantes y sobre todo mejorar la comunicación y participación de los alumnos en su propio aprendizaje.
Otra característica fundamental es que los docentes, en el caso específico de matemáticas, debemos estar en la capacidad de enseñar por medio de la resolución de problemas. Con esta metodología de enseñanza el trabajo se centra en el estudiante y es el alumno quien debe construir su propio conocimiento, es decir es un elemento activo del proceso de aprendizaje. Esta manera de enseñar implica un cambio total en la forma tradicional de enseñar matemáticas, puesto que el docente es una guía para el conocimiento que debe construir el alumno. Por medio de un problema se va construyendo un concepto y el trabajo del profesor es mediar en lo que aprenden sus estudiantes. De esta manera, se debe dejar de lado la enseñanza tradicional (el profesor explica y luego el estudiante reproduce lo hecho por el profesor con una serie de ejercicios propuestos) y aplicar esta nueva modalidad de enseñanza que, de manera adecuada, puede contribuir en la formación de personas con una capacidad muy alta de resolución de problemas, no solo matemáticos sino también cotidianos así como le ayuda al estudiante a tomar decisiones acertadas ante un determinado problema.
Por tanto el docente debe estar dispuesto a cambiar las metodologías tradicionales que utiliza para enseñar un determinado tema y estar consciente que su papel como docente es de mediador o facilitador en el proceso de aprendizaje de los y las estudiantes. Es importante señalar que una característica de los docentes del futuro es la de adaptarse a los cambios que se presentan y tener la capacidad de utilizar metodologías más eficientes, como la implementación de la tecnología o la enseñanza vía la resolución de problemas, con el objetivo de mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje y contribuir en la formación de personas capaces de utilizar sus conocimientos en la resolución de los problemas sociales, culturales y económicos de nuestra sociedad y con una visión de desarrollo para el país.

Referencias bibliográficas
Ochoa Alcántar, José Manuel, Vázquez García, Mario Alberto & Blanco Ríos, Sandra Guadalupe. (2008), “Actitudes hacia el uso de tecnologías de información y comunicación en la formación de alumnos de posgrado”. Volumen IV, Número 6, Revista Vasconcelos de Educación, Departamento de Educación, ITSON, Instituto Tecnológico de Sonora, pp. 52-63.

Galvis, Rosa Victoria: “De un perfil docente tradicional a un perfil docente basado en competencias”, Acción pedagógica, Número 16, Enero- Diciembre, 2007, pp.48-57.

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