Instituto Tecnológico de Costa Rica
Licenciatura en Enseñanza de la Matemática Asistida por Computadora
David Masís Flores
Bell, Lyotard, Virkus y la OECD citados por Ochoa,
Vásquez y Blanco afirman que: “La visión de una sociedad basada en el
conocimiento vislumbró que la economía del futuro estaría basada en la
capacidad de las personas para manejar el caudal creciente de información y
adaptarse a un medio laboral siempre cambiante”.
De acuerdo con lo mencionado en lo anterior, el docente
debe estar muy consciente de su papel en la formación de personas capaces de
afrontar los problemas de la sociedad y reflexionar acerca de su rol en el
sentido de adaptarse a los cambios que se presentan día con día y a los cambios
de paradigma que se dan en nuestros tiempos cambiantes.
No se puede obviar el hecho que vivimos en una sociedad
cambiante y los retos que se presentan nos llevan a cuestionarnos nuestra labor
como educadores. ¿Qué estamos haciendo para contribuir en la formación de
jóvenes capaces de solucionar los problemas mundiales y estar inmersos en una
sociedad muy competitiva? ¿Cómo lo estamos haciendo? ¿Es necesario cambiar
nuestra manera de enseñar? Estas y otras cuestiones nos conciernen como profesores
y debemos tomar conciencia de nuestro papel y las metodologías que utilizamos
para la preparación de nuestros futuros profesionales.
Ahora bien, debemos ser docentes dispuestos al cambio y
tener una buena capacidad de adaptación para no quedarnos rezagados ni
desfasados. En este sentido bien lo apunta Galvis (2007), al afirmar que los
educadores “modernos” deben despertar el interés por aprender, por cómo
aprender y mantener al día sus conocimientos. Es decir que en nuestra labor
debemos buscar maneras de motivar a los alumnos a aprender y que los
conocimientos que adquieren son fundamentales para su desenvolvimiento en la
sociedad y para su superación personal. Al respecto se debe agregar que las
metodologías utilizadas deben ser pertinentes a nuestro entorno y a lo que le
queremos inculcar a nuestros estudiantes, que los insten a ser parte de la
sociedad del conocimiento y a aportar en el desarrollo de la cultura y que
tomen consciencia de la importancia de los saberes que obtienen de cada
asignatura.
Además es importante señalar que el cambio social implica
que las personas se auto motiven, sean creativas y capaces de adaptarse a los
nuevos cambios y realidades. Esto debe generar una reflexión por parte de los y
las docentes en la manera que percibimos nuestro papel como educadores y
formadores de personas. Por tanto el incluir otro tipo de metodologías para
hacer que el aprendizaje de los y las estudiantes sea más significativo y
relevante para ellos es de suma importancia y nos abre el panorama de ser
innovadores y obtener el máximo beneficio en el proceso de enseñanza y
aprendizaje con el objetivo de preparar a nuestros jóvenes para los problemas
que se presentan en la vida cotidiana.
Actualmente se concibe al docente como un mediador del
proceso enseñanza- aprendizaje, es decir como un facilitador del aprendizaje de
los y las estudiantes. Se debe por tanto tener presente que el conocimiento
debe ser construido por el propio estudiante con la mediación del profesor. Se
debe además presentar al estudiante situaciones cercanas a el o ella de modo
que el conocimiento aparecerá como la solución a los problemas que se generan
de las situaciones. La motivación del docente hacia el estudiante es
fundamental. El profesor debe instar al estudiante a que sea partícipe de la
construcción de su propio aprendizaje y proponerle situaciones donde los y las estudiantes tengan un papel activo
y de esta manera formar jóvenes con una actitud más positiva y con bases más
sólidas que le permitan adaptarse en un futuro a la sociedad.
Al reflexionar acerca del papel que debe jugar el docente
en la actualidad, nos damos cuenta que existen muchas aspectos que se tienen
que mejorar y cambiar con respecto a la manera de enseñar de un profesor
tradicional. La enseñanza tradicional nos pone de manifiesto que el estudiante
tiene un papel pasivo y la motivación muchas veces no es la mejor. Al analizar
esta situación vemos que se concibe al profesor como el que tiene todo el
conocimiento y es el encargado de transmitirlos a sus estudiantes, muchas veces
sin que sean relevantes para ellos. Es decir, es como empezar a llenar a
nuestros jóvenes de saberes y conocimientos que no tienen sentido para ellos y
limitándolos en el desarrollo de su capacidad de razonamiento y su creatividad.
La manera de abordar el conocimiento para los y las
estudiantes debe cambiar y debemos tener en cuenta que nuestra labor como
docentes es ser mediadores en el proceso de aprendizaje de un alumno,
presentarle la información de modo que al analizar ciertas situaciones
propuestas, pueda comprender de manera adecuada un concepto. Además de
motivarlo a la investigación y que su interés por aprender y aplicar los
conocimientos sea mayor para beneficio propio del estudiante y de la sociedad.
Un aspecto importante en el perfil de un docente
“moderno” es la apertura a utilizar los recursos tecnológicos en la enseñanza
de cualquier asignatura. La adecuada implementación de la tecnología puede
contribuir al mejoramiento de la educación y puede traer muchos beneficios para
el aprendizaje de los y las estudiantes. La utilización de recursos
tecnológicos implica que se debe hacer un cambio en la manera de enfocar las
lecciones y la actitud que tenga el docente es fundamental. Si un docente no
tiene motivación para utilizar la tecnología a la hora de enseñar, será un
docente que se quedará rezagado y no podrá innovar con metodologías nuevas que
le permitan al estudiante tener una mejor comprensión de algunos temas. El
docente del futuro debe tener una actitud positiva y favorable hacia el uso de
las tecnologías de la información e incluir en su planeamiento el uso de los
recursos tecnológicos para apoyar la enseñanza y de esta manera, que el papel
de los y las estudiantes en su proceso de construcción del conocimiento sea más
activo y lo que aprenden tenga más significado y lo puedan llevar a la
aplicación en la vida cotidiana.
La tecnología, si se usa adecuadamente, le permite al
docente preparar lecciones más interactivas, entretenidas, con mayor interés
por parte de los y las estudiantes y sobre todo mejorar la comunicación y
participación de los alumnos en su propio aprendizaje.
Otra característica fundamental es que los docentes, en
el caso específico de matemáticas, debemos estar en la capacidad de enseñar por
medio de la resolución de problemas. Con esta metodología de enseñanza el
trabajo se centra en el estudiante y es el alumno quien debe construir su
propio conocimiento, es decir es un elemento activo del proceso de aprendizaje.
Esta manera de enseñar implica un cambio total en la forma tradicional de
enseñar matemáticas, puesto que el docente es una guía para el conocimiento que
debe construir el alumno. Por medio de un problema se va construyendo un
concepto y el trabajo del profesor es mediar en lo que aprenden sus
estudiantes. De esta manera, se debe dejar de lado la enseñanza tradicional (el
profesor explica y luego el estudiante reproduce lo hecho por el profesor con
una serie de ejercicios propuestos) y aplicar esta nueva modalidad de enseñanza
que, de manera adecuada, puede contribuir en la formación de personas con una
capacidad muy alta de resolución de problemas, no solo matemáticos sino también
cotidianos así como le ayuda al estudiante a tomar decisiones acertadas ante un
determinado problema.
Por tanto el docente debe estar dispuesto a cambiar las
metodologías tradicionales que utiliza para enseñar un determinado tema y estar
consciente que su papel como docente es de mediador o facilitador en el proceso
de aprendizaje de los y las estudiantes. Es importante señalar que una
característica de los docentes del futuro es la de adaptarse a los cambios que
se presentan y tener la capacidad de utilizar metodologías más eficientes, como
la implementación de la tecnología o la enseñanza vía la resolución de
problemas, con el objetivo de mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje y
contribuir en la formación de personas capaces de utilizar sus conocimientos en
la resolución de los problemas sociales, culturales y económicos de nuestra
sociedad y con una visión de desarrollo para el país.
Referencias bibliográficas
Ochoa
Alcántar, José Manuel, Vázquez García, Mario Alberto & Blanco Ríos, Sandra
Guadalupe. (2008), “Actitudes hacia el
uso de tecnologías de información y comunicación en la formación de alumnos de
posgrado”. Volumen IV, Número 6, Revista Vasconcelos de Educación,
Departamento de Educación, ITSON, Instituto Tecnológico de Sonora, pp. 52-63.
Galvis,
Rosa Victoria: “De un perfil docente
tradicional a un perfil docente basado en competencias”, Acción pedagógica,
Número 16, Enero- Diciembre, 2007, pp.48-57.
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