Situación de
la enseñanza de la matemática en Costa Rica.
Por: Randy
Wynta Banton
En Costa Rica, durante muchos años, se
ha hablado sobre la enseñanza de las matemáticas y los problemas que enfrenta.
El país está consciente de las dificultades que esta encierra y de la
importancia de generar soluciones. Pero son escasos los trabajos que describen
con detalle la realidad de esta enseñanza cuantitativa y cualitativamente.
Muchas de las opiniones sostenidas por unos y otros no han tenido un sustento
en el análisis riguroso y serio.
Los
últimos treinta años han sido escenario de cambios muy profundos en la
enseñanza de las matemáticas. Al ver los esfuerzos que la comunidad
internacional de expertos en didáctica sigue realizando por encontrar moldes
adecuados está claro que vivimos aún actualmente una situación de experimentación
y cambio.
El movimiento de renovación de los años 60 y 70 hacia la
"matemática moderna" trajo consigo una honda transformación de la
enseñanza, tanto en su base como en los contenidos nuevos con él introducidos.
Se
presentaron de esta manera ciertos cambios producidos a raíz de este
movimiento, entre estos: Se subrayaron las estructuras abstractas en diversas
áreas, especialmente en álgebra, se pretendió profundizar en el rigor lógico,
en la comprensión, contraponiendo ésta a los aspectos operativos y
manipulativos.
De
aquí que se condujo de forma natural al énfasis en la fundamentación a través
de las nociones iniciales de la teoría de conjuntos y en el cultivo del
álgebra, donde el rigor es fácilmente alcanzable. La
geometría elemental y la intuición espacial sufrieron un gran detrimento. La
geometría es, en efecto, mucho más difícil de fundamentar rigurosamente.
En
los años 70 se empezó a percibir que muchos de los cambios introducidos no
habían resultado muy acertados. Con la sustitución de la geometría por el
álgebra la matemática elemental se vació rápidamente de contenidos y de
problemas interesantes. La patente carencia de intuición espacial fue otra de
las desastrosas consecuencias del alejamiento de la geometría de nuestros
programas, defecto que hoy se puede percibir muy claramente en las personas que
realizaron su formación en aquellos años. Se puede decir que los inconvenientes
surgidos con la introducción de la llamada "matemática moderna"
superaron con mucho las cuestionables ventajas que se había pensado conseguir
como el rigor en la fundamentación, la comprensión de las estructuras
matemáticas, la modernidad y el acercamiento a la matemática contemporánea...
Los años 70 y 80 han presentado una discusión, en muchos casos vehemente
y apasionada, sobre los valores y contravalores de las tendencias presentes, y
luego una búsqueda intensa de formas más adecuadas de afrontar los nuevos retos
de la enseñanza matemática por parte de la comunidad matemática internacional.
Para
nadie es un secreto escuchar y ser testigo del pavor que muchos estudiantes le
tienen a esta asignatura, para muchos es su talón de Aquiles.
Muchos
investigadores coinciden en afirmar que este fenómeno se debe a que en la
actualidad muchos educadores tanto de primaria como de secundaria deben
impartir dicha asignatura, pero carecen de bases sólidas en la misma y de esta
manera transmiten su miedo a los estudiantes poniendo en evidencia su
deficiente formación, es decir, no saben matemática.
Además
según Dr. Díaz afirma que el educador en matemática:
Debe
participar del quehacer matemático, me refiero a que debe conjeturar,
demostrar, analizar, sintetizar, proponer estrategias de resolución de
problemas, en otras palabras, debe participar activamente en el desarrollo de
la disciplina… También debe capacidad de observación, se requiere una
sensibilidad especial para detectar la situación que podría estar afectando el aprendizaje…
Necesariamente debe tener una buena capacidad de comunicar ideas: no todo buen
matemático es buen educador, hay matemáticos brillantes pero con capacidades
pedagógicas muy limitadas…
Se
debe tener presente entonces además de esto que la actividad física es un
placer para una persona sana. La actividad intelectual también lo es. La
matemática orientada como saber hacer autónomo, bajo una guía adecuada, es un
ejercicio atrayente. De hecho, una gran parte de los niños más jóvenes pueden
ser introducidos de forma agradable en actividades y manipulaciones que
constituyen el inicio razonable de un conocimiento matemático. Lo que suele
suceder es que un poco más adelante nuestro sistema no ha sabido mantener este
interés y ahoga en abstracciones inmotivadas y a destiempo el desarrollo
matemático del niño. El gusto por el descubrimiento en matemáticas es posible y
fuertemente motivador para superar otros aspectos rutinarios necesarios de su
aprendizaje, por los que por supuesto hay que pasar. La apreciación de las
posibles aplicaciones del pensamiento matemático en las ciencias y en las
tecnologías actuales puede llenar de asombro y placer a muchas personas más
orientadas hacia la práctica. Otros se sentirán más movidos ante la
contemplación de los impactos que la matemática ha ejercido sobre la historia y
filosofía del hombre, o ante la biografía de tal o cual matemático famoso.
Es necesario romper, con todos los medios, la idea preconcebida, y
fuertemente arraigada en nuestra sociedad, proveniente con probabilidad de bloqueos
iniciales en la niñez de muchos, de que la matemática es necesariamente
aburrida, abstrusa, inútil, inhumana y muy difícil.
Es
de vital importancia pues que veamos que en nuestras comunidades escolares
existe un cierto número de estudiantes con una dotación intelectual para las
matemáticas verdaderamente excepcional. Son talentos que pasarían a veces más o
menos inadvertidos y más bien desatendidos por la imposibilidad de que los
profesores dediquen la atención personal que se necesitaría. Son personas que,
en un principio ilusionadas con la escuela, pasan a un estado de aburrimiento,
frustración y desinterés que les conducirá probablemente al adocenamiento y a
la apatía, tras un período escolar de posible gran sufrimiento.
Por otra parte son talentos que podrían rendir frutos
excepcionales para el bien común de nuestra sociedad, si no se malograran,
mediante su aporte extraordinario al desarrollo cultural, científico y tecnológico
del país. Constituye una gran responsabilidad social la indudable pérdida de
talento que causa su desatención. En la actualidad ningún organismo, ni público
ni privado, presta atención continuada a la tarea de detectar, estimular y
orientar el talento extraordinario y precoz en matemáticas, así como tampoco en
ninguna otra de las ciencias. Existe, y con mucha justificación, una atención,
apoyo y cuidado especiales con respecto a la enseñanza del infradotado, pero
pienso que apenas se ha prestado atención alguna a los problemas propios de los
talentos precoces en los países.
Se puede pensar con cierto fundamento que el talento precoz en
matemáticas es más fácil de detectar y estimular que en otras ciencias. De
hecho existen desde hace mucho tiempo proyectos realizados con éxito en un buen
número de países. Hay diversos caminos para encauzar el problema y entre ellos
los hay que no son de un coste excesivo, especialmente si se tiene en cuenta el
rendimiento a largo plazo de una actuación bien llevada.
Es posible, a juzgar por el efecto que en países de nuestro ámbito
cultural iberoamericano ha tenido la emergencia de unas pocas personalidades de
extraordinario talento en el desarrollo matemático del país, que una acción
sostenida de detección y estímulo del talento matemático precoz podría colocar
nuestro país en tiempo razonable a una altura matemática y científica mucho más
elevada.
Y eso sin duda debemos
detectarlo a tiempo para propulsar nuestro país.
Boyer,C.B., A
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